El juego es mucho más que entretenimiento y diversión. Es una necesidad básica e instintiva de los niños que es indispensable para que se desarrollen de manera saludable. Comprender la importancia del juego libre es crucial para favorecer su bienestar físico, emocional, cognitivo y social.
Gracias al juego libre los niños se descubren a sí mismos y al mundo que les rodea a su ritmo, siguiendo su propio instinto y dejándose llevar por su curiosidad innata para aprender. En este espacio de absoluta libertad todo fluye. Pueden crecer y expresar lo que sienten en cada momento sin límites ni directrices.
Tabla de contenidos
Juego libre en estado puro, sin límites ni directrices
A diferencia del juego estructurado o dirigido, el juego libre se caracteriza por el hecho de que es el niño quién determina libremente todas las reglas y condiciones del juego. Él es quién decide el qué, el cómo, el cuando y el con quién juega.
El juego espontáneo es la principal fuente de aprendizaje de los niños. A través de él crean, imaginan, experimentan e imitan situaciones de la vida real, asimilan experiencias vividas, descubren su entorno, expresan sus deseos o frustraciones, exteriorizan sus sentimientos, reproducen experiencias vividas, adoptan distintos roles para comprender distintos comportamientos…En definitiva, es una herramienta fundamental para descubrirse a uno mismo y entender el mundo.
Beneficios del juego libre
El juego libre y espontáneo contribuye al desarrollo del cerebro, potencia y enriquece el proceso de adquisición del conocimiento y ayuda a mantener vivo el deseo por seguir aprendiendo. Es necesario para el desarrollo de los niños y tiene muchísimos beneficios.
Al ser un juego no pautado no responde a ningún estereotipo de género ni rol determinado. El niño se muestra tal y como es, por lo que es una excelente forma de conocerse y conocerlo mejor. Descubrir sus intereses, su forma de resolver situaciones, su estado emocional… No es casualidad que se considere una herramienta terapéutica valiosa, ya que facilita el acceso al mundo interior.
Entre los muchos beneficios que tiene el juego libre podemos destacar la estimulación de la imaginación, un punto clave para favorecer el desarrollo de la creatividad (capacidad indispensable para crecer y progresar en la vida). En ese espacio de libertad el niño se siente seguro y relajado, siendo el ambiente perfecto para que pueda intervenir su fantasía e ingenio. La imaginación es la base de la creatividad y estimularla tiene muchísimos beneficios. Algunos de ellos son:
- Potencia la creatividad
- Facilita el aprendizaje
- Aumenta la curiosidad y las ganas de descubrir
- Favorece la empatía
- Potencia la memoria
- Aumenta las habilidades cognitivas
Espacio favorable para el juego libre
Individual o compartido
El juego libre puede ser individual o compartido, pero siempre será escogido libremente por el niño fruto de sus propias motivaciones o su deseo a unirse a otros niños. Lo ideal es propiciar espacios para los dos tipos de juego, ya que cada uno aporta unos beneficios diferentes.
Lugar
Los lugares en los que se puede disfrutar del juego libre son infinitos y todos ellos válidos. Puede ser en casa, en la escuela, en el parque, en la playa, en la montaña…Cualquier sitio es un buen lugar para dejar volar la imaginación. Lo importante es que no siempre sea en un lugar cerrado, sino que podamos ofrecer a los niños espacios de juego al aire libre.
El juego libre en la naturaleza suele dejar huella. El contacto con el medio ambiente nos ofrece experiencias sensitivas que quedan marcadas en nuestra mente, a la vez que nos ayuda a conectar con nuestra propia esencia. Oler la hierba del campo, respirar el aire fresco, escuchar el sonido del agua del río al moverse…Son aquellas pequeñas cosas de la vida que parecen simples, pero que son a la vez muy importantes de experimentar y que, al pasar tanto tiempo en las ciudades, a veces se nos olvida.
Creo que es de vital importancia ofrecer a los niños la posibilidad de pasar el mayor número posible de momentos en espacios naturales. Me vienen a la mente recuerdos de mi infancia en los que jugaba a fabricar cabañas en el bosque con otros niños. Me acuerdo de la sensación de libertad, del aire puro, del ejercicio físico en la naturaleza…son experiencias que todo el mundo merece vivir.
Materiales
Son aquellos objetos que el niño usará como herramientas para crear su propio juego. Le corresponderá a él decidir libremente qué materiales usar, aunque evidentemente dependerá de lo que tenga a disposición.
En la naturaleza
Todos los objetos de la naturaleza (hojas, palos, piedras, piñas, arena…) pueden ser un excelente material de juego. Sólo hace falta imaginación (cosa que tienen todos los niños).
Recuerdo que cuando era pequeña en el patio del colegio jugábamos al juego invisible. Nos inventábamos historias y jugábamos con objetos imaginarios. Subíamos en un avión invisible, comíamos comida invisible, vivíamos en una casa con paredes invisibles…Con mímica e imaginación desarrollábamos nuestro propio juego. Era un juego con infinitas posibilidades, ya que podíamos inventar lo que quisiéramos porqué no necesitábamos nada.
En casa
No es necesario comprar ningún material específico. De lo que se trata es que el niño cree su juego a partir de los objetos que disponga. Cuanto mayor uso tenga que hacer de su imaginación mejor.
Siendo conscientes que los niños no necesitan juguetes, lo que deberíamos de tener en cuenta a la hora de proporcionar material de juego a nuestros hijos, es que la mayoría de estos se caractericen por ser sencillos (sin luces ni movimiento) y versátiles. De esta forma les invitamos a que sean ellos mismos los que creen, inventen y dirigen.
Una de las cosas que más usan mis hijos para jugar son cartones y cajas de embalaje que tenemos para reciclar, así como muñecos, piezas de construcción y otros juguetes que, por sus características, sirven para un montón de cosas (como el arcoíris Waldorf u otras piezas de madera).
Lo malo de muchos de los juguetes que hay en la actualidad es que son demasiado sofisticados y no dejan espacio a la imaginación. El juguete debe ser la herramienta del niño y estar al servicio de éste, no al revés. Esto ocurre sobretodo con los juguetes tecnológicos.
Los materiales desestructurados son ideales para facilitar el juego espontáneo y estimular la imaginación de los niños. No cuentan con manual de instrucciones ni tampoco funcionan solos. Son sencillos, versátiles y adaptables a muchas edades y juegos distintos. No están diseñados para aprender, pero los niños aprenden muchísimo con ellos tanto a nivel cognitivo como emocional.
Para bebés una muy buena opción es la cesta de los tesoros.
Los riesgos de la disminución del juego libre
La sobreprotección de los padres, el estilo de vida, la falta de tiempo y el espacio de juego limitado de las grandes ciudades…podrían ser algunas de las causas del declive del juego libre.
La disminución del juego espontáneo y sin directrices tiene unas consecuencias nefastas en la salud mental de los niños, siendo una de las causas del aumento de las enfermedades mentales infantiles, en especial de la depresión y la ansiedad.
¿Qué podemos hacer los padres para potenciar el juego libre?
Aquí te dejo algunos consejos que te pueden ayudar:
1. Proporcionar más tiempo libre a los niños.
A menudo les ocupamos con muchas actividades pensando que lo hacemos por su bien. Muchas veces escuchamos la frase «Cuanto más aprenda mejor», pero se nos olvida lo importante que es tener tiempo libre para jugar y para estar con la familia. Jugar también es una fuente de aprendizaje y, probablemente, la más importante cuando son pequeños.
2. Evitar la sobreprotección.
Animar a que hagan cosas por ellos mismos y evitar dar demasiadas instrucciones, supervisar o intervenir en exceso.
3. Dejar de lado las prisas y el estrés.
En la medida de lo posible, debemos procurar tener una actitud de calma y serenidad, a pesar de que tengamos cosas que hacer.
4. No considerar el jugar como una pérdida de tiempo. Valorar más el juego.
5. Evitar la sobre estimulación proporcionando demasiada cantidad de juguetes a los niños.
6. Que la mayor parte de los juguetes que tenga en casa sean facilitadores del juego libre (no tecnológicos).
7. Hacer actividades creativas con tus hijos que les inspiren (ej. bricolaje con materiales reciclados, creación de máscaras o disfraces con lo que tengamos en casa…).
8. Dejar que sea el niño quién tenga la iniciativa de juego. Actuar más como un observador y facilitador.
9. No olvidar que el protagonista del juego es el niño.
10. Proporcionar un espacio de juego tranquilo y relajado con materiales versátiles.
11. No interrumpir el juego del niño, déjalo hacer.
12. Fomentar actividades como la música y la lectura (son inspiradoras y muy beneficiosas para su desarrollo).
13. Dar ejemplo y ser creativos.
Los niños son grandes imitadores. Si ven que nosotros nos esforzamos para encontrar recursos, ideas originales o buenas soluciones a pequeños problemas, ellos también lo harán.
Cuando los niños se sienten libres se vuelven más autónomos y confiados, hecho que hace aumentar su autoestima y, en definitiva, que sean más felices.
La magia de ser niño es no ver limitaciones sino oportunidades. Cualquier cosa puede transformarse en algo valioso. Las piedras pueden convertirse en monedas, los troncos en casas o unas cuantas piñas en globos aerostáticos.
Y tu, ¿tienes algún truco para facilitar el juego libre? ¿Qué materiales suele utilizar tu hijo para jugar?
Gracias por tus comentarios.
¡Un abrazo! 😉
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La infancia es una etapa muy bella de la vida. A través del juego libre se estimula la creatividad. Y es una excelente oportunidad para explorar el mundo que el niño tiene a su alrededor. En un escenario para adultos hay muchas reglas. En un escenario para niños, y especialmente en el juego, debe haber suficiente espacio para explorar (con responsabiidad, por supuesto).
Hola Ann,
Gracias por tu comentario. Exacto, la importancia del juego libre radica justamente en el hecho de que es libre. Sin embargo, la realidad en la que viven la mayoría de los niños esta llena de reglas y limitaciones (muchas tareas que realizar, mucho control, poca libertad de movimiento, poco tiempo libre…). Creo que es un problema que trasciende los límites de la familia y del que deberíamos tomar consciencia toda la sociedad.
Gracias por tu aportación.
Un abrazo 😉
Este artículo me ha tocado el corazón y me ha emocionado. Gracias por tomarse el tiempo de escribir. Es tan triste ver a los niños encerrados, jugando a los videojuegos y viviendo en las redes sociales.
Recuerdo las lecciones aprendidas en el exterior con el juego libre. El placer de estar en la naturaleza y, por tanto, aprender a apreciar el aire libre. Desde muy temprana edad, a través del juego libre, aprendí que cierta compañía no era beneficiosa. Estábamos expuestos a nuestros compañeros de juego y madurábamos mientras jugábamos.
Este es un artículo que vale la pena compartir. Gracias.
Muchas gracias por tu comentario Josephine.
A menudo, debido al ruido y movimiento constante de nuestras vidas, nos resulta difícil parar y reflexionar. Sin embargo, el tiempo va pasando, los niños van creciendo y todo va evolucionando muy rápido.
Nuestra forma de relacionarnos con los demás y el contacto que tenemos hoy con la naturaleza no se parece mucho a cómo era hace 70 años.
Mientras escribía el artículo me venían a la memoria muchos recuerdos de experiencias vividas durante mi infancia, algunos de los cuales sé que muchos niños no tendrán la oportunidad de vivir. Aunque nuestro mundo sea distinto hoy, el ser humano sigue teniendo las mismas necesidades que antes, igual que el planeta en el que vivimos (por mucho que no lo queramos ver).
Gracias.
Un abrazo 😉
Me gusta mucho lo que has dicho de «seguimos teniendo las mismas necesidades». Seguiré compartiendo esta información ya que soy una firme defensora del juego libre, especialmente al aire libre. Todo lo mejor.
Muchas gracias por tu mensaje y por compartir.
Un abrazo 🙂
Hola Marta,
Sobre la sobreestimulación de los niños por demasiados juguetes, es lo que más me llamó la atención de tu lista. Mis nietos tienen una enorme cantidad de juguetes. Oof.
Afortunadamente, a menudo juegan afuera siempre que el clima lo permite. Y recientemente han reabierto los parques infantiles de Madrid, para que puedan volver a ir allí.
Desafortunadamente, viven en un suburbio con principalmente apartamentos y poca vegetación.
Respecto al contacto con la naturaleza, desafortunadamente ellos la experimentan de manera limitada. Afortunadamente, mi hijo ha puesto macetas en el balcón en el que siembran y cultivan plantas.
Estaré muy feliz cuando el confinamiento sea relajado y puedan volver a visitarnos. Gracias por tus consejos, puedo usarlos aún más.
Hola Hannie,
Gracias por tu comentario. Efectivamente, el exceso de juguetes creo que no es nada beneficioso para los niños. De todas formas, esto es, probablemente, un síntoma más de algo más profundo.
Nuestra sociedad está basada en el consumo y este se fundamenta más en la cantidad que en la calidad. Por suerte, estos parámetros empiezan a cambiar, aunque todavía nos queda camino por hacer. Ayer fuí a una tienda a comprar unos pantalones para mi hijo y casi me salía más barato comprar el pack de 3 que uno de solo. Si te interesa, tengo un artículo en el que hablo del exceso de juguetes.
Respecto a la libertad de movimiento y las salidas al aire libre, tal y cómo describes, la situación actual ha limitado aún más nuestras posibilidades. Sin embargo, también es una oportunidad para poder poner más en valor estos aspectos.
Está muy bien que tus nietos puedan participar en actividades tan interesantes como cultivar plantas, es genial para ellos!
Deseo que os podáis ver muy pronto y podéis disfrutar juntos.
Un abrazo 😉