Cada vez más personas presentan síntomas de estrés y ansiedad, siendo esta causa de infelicidad y de numerosas afecciones y enfermedades. Sin embargo, vivir una vida más tranquila y saludable está a tu alcance.
¿Qué es el estrés?
El estrés es una respuesta física a un estado de tensión. Un mecanismo que se activa y nos moviliza en situaciones de peligro.
El estrés por sí mismo no es algo malo. Un nivel de estrés moderado (estrés positivo) nos proporciona el impulso de energía necesaria para afrontar determinadas situaciones o realizar determinadas tareas de nuestra vida. El problema es cuando este mecanismo se activa de manera demasiado intensa y prolongada en el tiempo. En este caso tiene unos efectos muy negativos para nuestra salud física y mental.
Estrés y ansiedad. Síntomas
Diferencia entre estrés y ansiedad
El estrés y la ansiedad son dos conceptos que están muy relacionados entre sí y a veces hasta puede que los confundamos. Aquí encontrarás unas pautas muy bien explicadas para aprender a diferenciarlos.
En términos generales, podemos decir que tanto el estrés como la ansiedad constituyen una respuesta natural del cuerpo (de lucha o huída) ante una amenaza física o emocional, ya sea real o percibida. La diferencia principal entre ambas es que el estrés responde a una causa conocida y suele darse en una franja más limitada en el tiempo. La ansiedad, en cambio, no responde a una causa concreta y suele perdurar en el tiempo.
10 síntomas de estrés y ansiedad
Los síntomas o consecuencias del estrés y la ansiedad son muy similares. Algunos de los más comunes son:
1. Déficit de atención. Nuestra capacidad de concentración disminuye considerablemente y nos cuesta mucho más esfuerzo comprender las cosas, ya que no somos capaces de poner toda nuestra atención en algo concreto.
2. Pérdida de memoria. Esta muy relacionada con la disminución de la atención. Nuestro cerebro tiene dificultades para procesar, almacenar y mucho más recuperar la información.
3. Falta de claridad mental. Nuestra mente está nublada y nos cuesta mucho recordar cosas, aprender, tomar decisiones, etc.
4. Irritabilidad. Estamos muy sensibles e irritables y reaccionamos negativamente a cualquier situación o comentario que nos haga otra persona.
5. Intranquilidad. Estamos nerviosos de manera constante sin motivo aparente.
6. Cansancio. Te sientes con poca energía vital, incluso después de haber dormido o descansado muchas horas.
7. Aumento de la frecuencia cardíaca. El corazón late más rápido porqué estamos más nerviosos.
8. Problemas digestivos. Cuando estamos estresados solemos alimentarnos mal. Tiramos de alimentos procesados (son más rápidos de preparar) y no dedicamos el tiempo necesario para digerir bien los alimentos. Es habitual tener problemas de estreñimiento o de distensión abdominal.
9. Tensión muscular. Esta tensión suele manifestarse en los músculos de la mandíbula, cuello, hombros y espalda.
10. Insomnio. No es extraño que la preocupación constante y la falta de tranquilidad ocasionen, a menudo, problemas para conciliar el sueño.
¿Qué provoca el estrés? Causas
El estrés y la ansiedad son cada vez más intensos y frecuentes en nuestras vidas. Vivimos con el piloto automático puesto, andamos de aquí para allá con muchas prisas, permanecemos ocupados la mayor parte del tiempo y no disponemos de demasiados espacios de calma para estar con nosotros mismos.
Nuestras circunstancias de vida influyen, pero no determinan nuestro estrés.
Solemos pensar que nuestro estrés es ocasionado por factores externos a nosotros, aunque la causa profunda del estrés reside en nosotros mismos. Nosotros podemos elegir la manera con la que nos relacionamos con todo lo que nos pasa y podemos elegir también vivir una vida más sencilla (no simple, sino una vida con más foco, dando más espacio a lo realmente importante para nosotros).
Si nosotros podemos controlar nuestro estrés, ¿porqué nos estresamos? Probablemente porqué en la mayoría de los casos dejamos que sea nuestra mente la que decida por nosotros.
Nuestro único y gran problema es que nos creemos todos nuestros pensamientos, como si nuestra mente tuviera el poder de decidir quiénes somos, cómo somos e interpretar cada momento de nuestra vida. Nuestra mente es una magnífica herramienta que usamos para pensar pero que no nos define, nuestro verdadero ser es mucho más profundo y está por encima de cualquier sistema de pensamientoSi nos creemos todo aquello que pensamos estamos perdidos. Por ejemplo: Si yo llego tarde al trabajo puedo pensar: » Si llego tarde mi jefe me despedirá, no tendré dinero para llegar a fin de mes y acabaré viviendo bajo un puente». Si yo me creo este pensamiento, lo sentiré como una verdad y mi cuerpo reaccionará al mismo como si ya estuviera sucediendo, por lo que me empezaré a estresar.
Nos generamos un estrés cuando ante un determinado acontecimiento de nuestra vida reaccionamos de alguna de las siguientes maneras:
1. Nos enfadamos y nos enfrentamos a aquello que nos pasa.
2. Intentamos huir de la situación que estamos viviendo.
3) No somos capaces de afrontar la situación y nos bloqueamos.
Todas estas reacciones tienen que ver con la no aceptación de algo que nos está pasando y, es justamente este rechazo a lo que estamos viviendo (a partir de nuestro juicio mental), lo que nos ocasiona un verdadero estrés.
¿Cómo se puede controlar el estrés?
Lo principal es entender que lo que nos pasa es menos importante que nuestra forma de responder a lo que nos pasa. Las circunstancias no siempre las podemos cambiar, pero si nuestra actitud frente las mismas.
Una circunstancia grave puede generarnos dolor, pero el sufrimiento siempre lo causa la mente a través de su interpretación. Cuando vivimos una situación como si fuera una amenaza real, nuestro cerebro responde activando el mecanismo de supervivencia igual que si estuviéramos ante un peligro de amenaza física. Cuando el peligro es físico y real (Ej. tenemos un león a pocos metros) es un mecanismo muy útil, ya que se activa una de las siguientes respuestas para lograr nuestra supervivencia: luchar, escapar o quedarnos quietos. Sin embargo, cuando el mecanismo se activa de forma habitual por un miedo psicológico (ante una situación cotidiana que no tiene ningún peligro para nuestra vida) las consecuencias para nuestra salud son nefastas. Nuestro cuerpo pone toda su energía en salir de la situación estresante y se bloquean muchas otras funciones de nuestro cuerpo que son fundamentales para nuestro bienestar físico y mental.
El estrés ¿Cómo evitarlo?
Para vivir más tranquilos y prevenir el estrés, es importante introducir una serie de hábitos en nuestra vida.
1) Observar nuestros pensamientos para ver qué clase de pensamientos son y fijarnos si éstos llevan a la ansiedad.
Podemos darnos cuenta de que la situación no es tan grave, sino que es la mente la que lo magnifica.
2) Desviar nuestra atención de la mente y poner toda nuestra atención en el momento presente.
Siempre podemos elegir conscientemente dónde queremos poner nuestra atención. Si ponemos el foco en nuestros pensamientos negativos éstos nos arrastrarán y nos causarán ansiedad. Pero si por el contrario ponemos el foco en el momento presente viviremos el momento en base a lo que es y no según nuestra interpretación de este.
Nuestra tranquilidad dependerá de nuestro estado de conciencia en el momento presente. Puedes poner toda tu atención en el ahora siguiendo alguna de las técnicas siguientes:
- Respiración consciente. Debes fijar tu atención en la sensación de inhalar y exhalar al respirar. Puedes sentir como el aire entra y sale de tu cuerpo. Es una forma muy eficaz de entrar al momento presente y salir de la mente, ya que no puedes estar envuelto en tus pensamientos y a la vez sentirte respirando.
- Sentir tu cuerpo interior. Debes fijar tu atención en la energía vital que hay dentro del cuerpo. De esta forma también dejas de pensar y pasas a sentir.
- Ser consciente de todo lo que perciben tus ojos. Debes fijar tu atención en tu alrededor y observar todo lo que ves sin ponerle ningún nombre ni etiqueta. Observa los colores, las texturas y las formas.
3) Aceptar el momento presente tal y como es sin juzgarlo.
Quejarse sobre lo que está ocurriendo ahora es inútil y no nos sirve de nada. Hay un dicho que dice: «lo que uno resiste persiste». La aceptación de nuestro ahora nos libera de la negatividad y nos deja en buena posición para actuar si es necesario. Cuando estamos estresados estamos atrapados en nuestros pensamientos negativos y no hacemos otra cosa que victimizarnos. Por el contrario, cuando aceptamos el momento presente estamos abiertos a todo lo que pueda surgir, incluido la búsqueda de soluciones, la creatividad, la inspiración, la toma de decisiones, etc.
Conclusión
Tenemos mucho más poder del que nos creemos para decidir cómo queremos afrontar una situación y, en general, para decidir cómo queremos vivir nuestra vida. Las circunstancias externas influyen, sin duda, pero nosotros tenemos el poder de disponer qué queremos hacer con ellas. El problema es que la mayoría de las veces no somos conscientes de nuestro potencial y vivimos nuestras vidas en piloto automático.
Espero que este post te haya sido de utilidad. ¿Qué opinas tú del estrés? ¿Crees que se puede eliminar de nuestras vidas? Te animo a que me dejes un comentario para conocer tu visión y tu experiencia personal al respecto.
Muchas gracias por acompañarme.
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Hola Marta,
Creo existen muchas técnicas para controlar el estrés. Yo utilizo la respiración profunda que he aprendido en las clases de yoga y la verdad es muy útil, dado que no siempre se puede evitar el estrés.
Como tú mencionas, solemos culpar nuestra ansiedad en las situaciones y las circunstancias externas pero en realidad conociendo bien a uno mismo, uno se puede llegar a controlar bastante. Quizás si nos enseñaran a meditar y respirar bien de pequeños nos servirá para controlarnos mejor. Muchos pensamientos se pueden evitar si no pensamos tanto en lo que podría pasar y vivir más en el presente.
Muchas gracias por tu comentario Marisa. La respiración profunda es una excelente técnica para controlar el estrés y nos puede ayudar mucho a calmarnos cuando sentimos que la situación nos supera. Estoy completamente de acuerdo contigo en que todas esas herramientas deberían enseñarse desde pequeño. Aquí está nuestra responsabilidad como adultos para aprenderlo, integrarlo y enseñarlo a los niños y a nuestros hijos, sobretodo mediante el ejemplo.