Paternidad consciente: educar desde el ser

Paternidad consciente: educar desde el ser

Puede que hayas escuchado hablar de la crianza consciente, pero ¿qué es realmente y qué beneficios aporta en la familia?

Para los que somos padres, uno de los cometidos más importantes de nuestra vida es la de traer al mundo y criar a nuestros hijos. Sin embargo, no nos cuestionamos en profundidad como hacerlo ni ideamos un plan especial para ello. La mayoría tenemos muy buenas intenciones y sentimos un gran amor hacia ellos, pero ¿es suficiente?

Más allá de educar desde el amor, la compasión y el respeto, la crianza consciente se basa en la idea de que cada niño posee una semilla única y diferente a la de sus padres con derecho a crecer y a desarrollarse libremente.

Criar conscientemente significa amar incondicionalmente, dejando de lado nuestras propias expectativas para pasar a aceptar y valorar a nuestro hijo tal y cómo es.

Una invitación a despertar

Cuando tenemos nuestro primer hijo, pensamos que iniciamos esta etapa como un capítulo en blanco, pero todos comenzamos nuestra aventura de ser padres con unos deseos o expectativas que queremos que nuestros hijos cumplan.

¿Cómo se manifiesta nuestra inconsciencia?

Los padres, de manera inconsciente,  empujamos a nuestros hijos a hacer determinadas actividades o a comportarse de una forma concreta y pensamos que lo hacemos por su propio bien, pero la realidad es que estamos tratando de satisfacer nuestras propias necesidades e imponerles nuestros deseos. Lo mismo ocurre cuando los sobreprotegemos privándoles de determinadas experiencias sólo porqué tenemos miedo (aunque nuestro miedo sea irracional) o cuando les pedimos que dejen de sentir emociones que consideramos que son negativas y que nos producen incomodidad (miedo, tristeza, rabia, celos…).

«No hemos sido educados, hemos sido condicionados» 

¿Cómo se manifiesta nuestra consciencia?

Criar conscientemente significa hacerse las siguientes preguntas:

¿Desde dónde lo estoy educando, desde mi yo egocéntrico o desde mi yo auténtico? ¿Qué necesidades no satisfechas pretendo llenar con mi hijo? ¿Qué necesita mi hijo? ¿Qué necesité yo de mis padres que tal vez no recibí?

Ser individuos conscientes no nos convierte en mejores, pero nos ofrece la posibilidad de aprender a relacionarnos con nosotros mismos y con nuestros hijos desde un lugar mucho más profundo: el amor incondicional.

Deshacernos de patrones de comportamiento aprendidos de nuestros padres y dejar de reaccionar ante comportamientos de nuestros hijos que nos generan incomodidad para pasar a responder ante ellos indagando en sus verdaderas causas (miedos o necesidades personales no atendidas).

«Sólo cuando nos damos cuenta de que estamos proyectando en nuestros hijos nuestro mundo interior, podemos empezar a trabajar en ello y dejar de hacerlo».

Cambio de paradigma del modelo tradicional

Modelo educativo tradicional

Todos nosotros hemos sido educados desde un modelo de paternidad basado en una relación jerárquica entre padres e hijos, en la que los primeros tienen una posición de superioridad respecto a los segundos. La crianza de los hijos, en este caso, está muy relacionada con el control y la corrección. Los padres saben y los hijos son los que deben aprender de ellos. Existe la idea de trasfondo de que los niños son seres incompletos o imperfectos que hay que arreglar o moldear para mejorar.

Modelo educativo consciente

La paternidad consciente supone un cambio de paradigma. La relación entre padres e hijos es horizontal, por lo que ambos aprenden y ambos pueden enseñar. Los padres se dan cuenta que también deben crecer y lo hacen desde el interior para  sanarse conscientemente y no proyectar su mundo emocional en los hijos. Se trata de un proceso que no termina nunca y la tarea de los padres es la de educar con el ejemplo y acompañar a los hijos en su crecimiento para que puedan desarrollar su yo más auténtico y verdadero.

Educar desde el ser

La forma de enseñar a los hijos a conocer sus capacidades y a seguir su norte en la vida es haciéndolo primero nosotros como padres.

Nuestra presencia es la herramienta parental más eficaz. Los niños captarán nuestra energía e imitarán nuestra capacidad de relacionarnos con nosotros mismos y con nuestra vida.

Es importante que como padres:

Cuidemos nuestras necesidades al mismo nivel que las de los hijos, ya que de esta forma aprenderán a no devaluarse constantemente en favor de otros y los animará a cuidar de las suyas. Además, si como padres no recurrimos a los hijos para que nos hagan felices, encontrando la felicidad en nosotros mismos, les liberaremos de esta carga y les permitiremos que sean fieles a ellos mismos.

Liberemos nuestras fantasías, expectativas y necesidad de control para alentar a los hijos a vivir conforme a su ser esencial y no conforme a nuestros deseos.

Demos margen para la calma en el día a día de nuestros hijos. Es importante que los niños aprendan a estar quietos y puedan estar en silencio sin necesidad de conversar. Esto les permitirá disfrutar de un espacio para la observación tranquila. Parece que todo el tiempo hemos de estar ocupados haciendo cosas, pero cultivar la quietud les aportará muchos beneficios. Podemos aprovechar diferentes ocasiones de la vida diaria para crear estos espacios. Ej. Un desplazamiento en coche.

√ Manifestemos gratitud es una herramienta parental muy poderosa, ya que les permite ver la vida siempre desde el lado positivo, les recuerda que igual que reciben de la vida ellos también deben dar y les ayuda a entrenar su capacidad de reflexión. Una forma muy bonita de expresar gratitud que tenemos los padres es la de darles las gracias a nuestros hijos simplemente por ser quiénes son.

Satisfagamos las necesidades emocionales y espirituales de los hijos.

Tenemos muy claras las necesidades materiales, físicas e incluso intelectuales de nuestros hijos, pero a menudo nos olvidamos de las emocionales. Se trata de promover una conexión positiva con nuestros hijos ofreciéndoles toda nuestra atención y escuchándolos sin buscar corregirlos ni sermonearlos. Ofrecer nuestra presencia plena es todo lo que necesitan. Podemos estar muy ocupados, que si cuando dejamos nuestro trabajo nos permitimos una interacción atenta con los hijos acaban comprendiendo que son importantes para nosotros y esto fortalece nuestro vínculo con ellos.

«Educar con el ejemplo no es una manera de educar, es la única» Albert Einstein

Beneficios de la crianza consciente

Tener unos padres conscientes es el mejor regalo que podemos hacerles a nuestros hijos. Son muchísimos los beneficios que aporta a toda la familia.

  • Autoestima sana
  • Autoconfianza
  • Fortaleza interior
  • Autoconocimiento
  • Autoaceptación
  • Tolerancia a la frustración
  • Capacidad para gestionar y tolerar emociones
  • Facilidad para superar los miedos
  • Menos miedo al fracaso
  • Empatía y compasividad
  • Más relaciones de calidad
  • Mayor conexión con uno mismo y con los padres
  • Mayor paz interior
  • Más capacidad de reflexión
  • Mayor autonomía

Conclusión

La crianza consciente es mucho más que un estilo de crianza. Es decidir tomar el rumbo de nuestra propia vida y aprovechar cada experiencia para aprender. No negar nuestras emociones ni distraernos de nuestros miedos. Atender a nuestras necesidades para descubrirnos a nosotros mismos y saber qué es aquello que realmente nos mueve a hacer las cosas. Observarse a uno mismo y poder estar en contacto con nuestra esencia humana, más allá de nuestros pensamientos y creencias.

No es extraño que muchos niños cuando lleguen a cierta edad se sientan perdidos, desconectados y sin rumbo. Si también les pasa a los adultos como no va a pasarles a ellos. Cuando hemos perdido nuestra brújula interna como padres es normal que nuestros hijos también la pierdan. Por eso es tan importante que eduquemos a nuestros hijos desde nuestro verdadero ser y no desde nuestro ego, tal y como requiere una educación consciente.

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